Proyecciones sin parcelas

11 enero , 2020

La vida no son parcelas independientes. Proyectamos nuestra esencia en cada lugar que habitamos, que vivimos, que visitamos, cada lugar que descubrimos, buscamos o rechazamos de inmediato.
De nuevo la emocionalidad y la sensibilidad nos muestran entornos cambiantes, con detalles hasta entonces desapercibidos o sencillamente mucho más perfectos que antes.

Ser interiorista me permite descubrir la relación de las personas con su entorno y cómo la proyección de sí mismos se pone de manifiesto en muchas sutilezas que escapan a su conciencia.

Es tan importante conocer la personalidad de quien busca modificar sus espacios de vida ( lugar de trabajo, hogar, negocio, jardín etc) como atender al proceso creativo y encontrar un camino en el que todo fluya al unísono. Por lo general la velocidad y superficialidad de nuestras miradas ( tanto hacia afuera como hacia adentro ) la cantidad exagerada de estímulos continuos o la falta de silencio ocultan lo que realmente necesitamos que pase alrededor.

Estar rodeados de objetos, colores o mobiliario por costumbre, por dejadez, por ignorancia o falta de sensibilidad nos obliga a adaptarnos a lo que existe sin percibir que quizás una influencia negativa sobre nuestro subconsciente podría incluso modificar nuestro comportamiento. Detectar las carencias y errores estéticos con los que mantenemos una relación constante lleva el diseño interior a rozar lo terapéutico. La conexión sensorial con nuestras parcelas de vida a descubrirse como el comienzo de un estatus de equilibrio emocional.

En el momento actual más que la búsqueda del slow way of life, yo buscaría um  “COMMON SENSE” way of life. No sólo es una cuestion de detenerse a contemplar el camino por el que transitamos, los lugares que nos gusta frecuentar, las casas que elegimos para vivir o el mobiliario con el que van a crecer nuestros hijos.

¿Es lo que necesitamos?, ¿Encaja con nuestra personalidad y y nuestro esquema vital?¿Nos parcelamos y vamos cambiando de un lugar a otro o somos nosotros mismos proyectando nuestra esencia allí donde nos encontramos?.

Tan sencillo como detenerse y mirar con sutileza alrededor.