Mientras lo dibujas en la arena,
cuando lo contemplas y lo captas,
cuando el mar se lo lleva pero
aún está caliente el palo que hace el surco.
Quiero la arena coloreada,
Quiero la arena coloreada,
tocar el corazón,
sacarlo de ahí y mirarlo en mis manos,
irse entre los dedos.
Han pasado 7 horas,
ahora sin vida y perfecto en la
pantalla lo lanzo a un espacio invisible y
ahora sin vida y perfecto en la
pantalla lo lanzo a un espacio invisible y
absurdo que no huele ni tiene aire.
Mañana volveré a la playa
y del palo saldrá algo nuevo, único y espontaneo;
algo real, tangible y momentáneo,
algo real, tangible y momentáneo,
algo que por la tarde ya no será cierto,
estará muerto y, sin que nadie lo sepa,
estará muerto y, sin que nadie lo sepa,
irá pasando de tecla en tecla por todos los “me gusta”
hasta desaparecer ¡quién sabe dónde! ….
Sinceramente… prefiero que el mar se lo lleve.