¡holaa! ¿HAY ALGUIEN EN CASA?

1 noviembre , 2020

¡Qué pequeña es la ventana desde la que nos asomamos al exterior! Seguramente ya estamos medio ciegos a propósito. ¿Nos compensa ejercitarnos cada día en dirigir la mirada donde señalan los dedos ajenos?.

Hay tanto que mirar fuera de ese punto oscuro inducido que nos angustia la vida sin descanso… Decidir por cuenta propia cómo sentirse en paz se está convirtiendoen un reto cotidiano. ¿Quién será capaz de no quedar salpicado por la negrura de los panoramas que nos cantan otros a modo de mantra budista?. Sufrir las desavenencias de “una realidad injusta» nos limita la visión de un presente distinto lleno de posibilidades sonoras.Desde un boquete oscuro con larga proyección de futuro nos asfixiamos y nos vemos sin fuerzas para darnos impulso y salir a la luz. ¿Qué necesitamos realmente? ¿Quién tiene valentía para generar esperanza? ¿Hay que mendigar palabras de ánimo para sentirse bien?

Nos hemos convertido en POBRES DE ESPÍRITU y la fortaleza no es el negro sino la gama de colores y tonos por los que elegimos filtrar la existencia.El color se ve cerrando los ojos, la esencia de las cosas no se puede tocar, lo que oímos no lo es lo que queremos escuchar, y….¡Qué caras son las sonrisas!. ¿Por qué recrearse en daños y elucubraciones siniestras? ¿Quién nos manda dar la espalda a todo lo bueno alrededor? ¿De verdad tenemos que vivir condenados al mantra negro?

Ya sabemos que los momentos difíciles están ahí; ya nos lo recuerdan por todas partes (¡es tan gozoso para algunos ser caballeros de la orden del sufrimiento de la realidad distorsionada!);  ya algunos se encargan de taparnos lo extraordinario detrás de la cortina de sus propios miedos.

Sin embargo……sí somos libres para respirar una vida tranquila ¿qué hacemos medio ciegos a propósito?. Realmente estamos llegando a un punto en el que la opción más sensata es TOMAR CONCIENCIA DE EQUILIBRIO. El verdadero mundo nos ofrece tantos refugios para el alma, tan a nuestro alcance, tantas oportunidades para sonreir, tantos motivos para estar bien que la queja, el victimismo y la negrura inventada no tendrían un hueco tan amplio como el que nos fabrican los insatisfechos y miedosos. Somos ¡la perfección! sólo por ser nosostros pero …….¡qué trabajo cuesta darse cuenta! ¿ Cuántos despertarán por la mañana atemorizados de tener que sobrevivir las próximas 24 horas entre gente absurda?. A algunos hasta les dará VERGÜENZA SENTIRSE DE COLORES. ¿Es optimismo sin fundamento? ¿Es palabrería charlatana de «wonderful way of life»?
Pues no, es estar verdaderamente despiertos y pendientes de sacudir el polvo de los que nos soplan contaminación toxica por deporte. Es apaciguar los lamentos de los que sufren hipnotizados por los malos presagios. Pero… ¿quién puede ver el futuro y meternos a todos en el mismo saco? Empecemos por abrir los ojos, la boca y las manos y dejar que nos entre el AIRE DE LA SENSATEZ, el de la confianza en el paso a paso. Hay otra mirada más profunda, la excelencia no es tan llamativa, la calma es calmada, el AMOR NO SE ESCONDE, los buenos momentos están por todas partes.
Hoy es Domingo, la luz es excepcional, el aire está muy tranquilo, me he lavado la cara y por elección propia no veo en blanco y negro, paso de poner el disco de las penas, seguiré escribiendo un rato más.

¿Predestinado a gustarnos?

11 febrero , 2020

Acabo de leer que el upcycling va a marcar lo que está predestinado a gustarnos. De nuevo lo que“tiene que ser”, impuesto desde fuera.

Siempre he ido un poco por libre y aunque me he mantenido muy informada de tendencias y lineas de diseño he llegado a la conclusión de que el INTERIORISMO INDUCIDO tiene un recorrido  muy corto. Lógicamente la vida frenética requiere. de cambios constantes y superficiales para mantener distraidos los pensamientos.

Respeto profundamente el esfuerzo de miles de mentes creativas ideando espacios al son de la música que toca, con las últimas tendencias en mobiliario, la tecnología más avanzada o los colores de moda; sin embargo cuando me detengo a mirar y analizar esos trabajos, trato de pensar qué ha pasado a nivel más profundo, cuál habrá sido la intención, el argumento, el hilo conductor o la motivación del diseñador para disfrazar la realidad espacial con tal o cual modelito.

Veo cada vez más sofisticación, más ingredientes, más desconexión y más hacer oidos sordos a todo lo que en lugar de SER es LO QUE TIENE QUE GUSTAR en este momento. De nuevo el ritmo marcado por miles de “me gusta” sin criterio propio.

Ser innovador a nivel de dejar una impronta emocional aunque sea efímera no es tan sencillo como gastar en hacer malabarismos para dar coherencia a todo lo último, lo más, lo moderno en un único ambiente. Realmente ¿CABE TODO?. Empiezo a ver el síndrome de árbol de Navidad en muchos interiores, un horror vacui del siglo XXI que esconde y esconde las formas muchas veces de por sí perfectas del espacio. Tener que acostumbrar la vista a algo que nos produce rechazo sólo porque es trending topic, y encima tratar de seguir la estela,sinceramente es muy duro.

Quiero pensar que detrás de esta primera linea fugaz, cambiante y despersonalizada hay un horizonte más estable y equilibrado en el que la coherencia sin importar la tendencia es lo que lleva la voz cantante en un trabajo de diseño. Educarnos la vista con una venda en los ojos no es la dirección adecuada, siempre necesitaremos a alguien que nos diga qué comprar para estar a la última. Se que hay personas a quienes les gusta mirar más allá y ser honestos con su forma de conocer apreciar y mostrar la verdadera esencia de lo estético.

Al final optar por un camino sin guión prestablecido es el camino que me apetece para proyectar.